Creer es querer redimirme en la incongruente realidad de mi ser, es temor de vivir solo (soledad fugaz, mi vida tan solo y lo soportare). No te creo, ni te confío, solo me resigno a vivir entre las sombras de tu sinceridad, en la música de tu fragilidad, en el teatro mundillo, en esta ciudad hipócrita, en mi, cáscara de valor, de moral, de fe. Librado al azar, al espacio, a la materia, al horizonte perfecto, proyectado al infinito de la energía, al renovarse como átomo, al circulo inmenso de la vida, al respiro finito, al ojo inmóvil, a la oscuridad de tu mente, a la impercepción, a la nada absoluta.
En la peregrinación al olvido te llame, nunca respondiste, marcho implacable hacia el ocaso, ahí te espero.
LKMV
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